En mi último post, os hablaba de la autoestima como el recurso personal más importante con el que podemos contar para vivir plenamente y tener una buena estabilidad emocional y que cubriría la esfera del “yo conmigo mismo” y la satisfacción de nuestras necesidades individuales.

Pues bien, la empatía es un recurso complementario y que daría respuesta a nuestra necesidad social, “yo con los demás”. Es la capacidad de entender a las personas y ponernos en su lugar. Es una cualidad que nos hace más humanos y una habilidad social primordial que nos ayuda a convivir con la gente que nos rodea. Y, fundamentalmente, nos sirve para tener buenos amigos y demostrarles que nos importan.

Si todos nos esforzáramos más en cultivar la empatía habría (y no es utopía) muchos menos conflictos, guerras e injusticias en el mundo y, por supuesto, en tu barrio, en tu empresa y en tu comunidad de vecinos. Además en el terreno práctico y puramente interesado… la empatía abre muchas puertas, pero eso sí, con autenticidad, creyéndotelo y evitando el “postureo”.

Te animo a que reflexiones y pongas en práctica las siguientes 5 Claves para mejorar la Empatía:

1. Asume que hay tantas realidades como personas hay en el mundo:

Muchas veces pensamos que las cosas que pasan son como las vemos nosotros, pero esa es nuestra realidad… es nuestra visión particular y depende de nuestra educación, nuestras vivencias y nuestra cultura.

Por ejemplo, un perro grande va hacia ti corriendo y jadeando con la boca abierta… ¿cómo lo interpretas? ¿Qué piensas? ¿Qué sientes?…, pues según sean tus experiencias anteriores con los perros. Si tienes o has tenido un perro, seguramente tendrás un mayor control de la situación y sabrás interpretar mejor su comportamiento; pero si has tenido una experiencia traumática en el pasado, es muy probable que pienses que va a por ti y no con buenos propósitos.

  • Tú no tienes la verdad absoluta sobre nada.
  • Mereces que respeten tu opinión sobre un tema, pero para eso tú tienes que respetar las demás opiniones diferentes a la tuya.
  • Que otra persona opine diferente no significa que no puedas llevarte bien con ella (aunque “no estés a partir un piñón”… ¿quién sabe?).
  • Al atender una opinión de otra persona, puedes enriquecer tu opinión sobre algo. Y esto último es genial porque puedes aprender mucho si desconectas el “chip” de tus prejuicios.

2. Escucha activamente

Por ejemplo, una amiga te cuenta algo que le ha pasado… se ha peleado con un compañero, está preocupada por algo…, cualquier cosa buena (o mala) que quiere compartir contigo…

  • Préstale toda tu atención y demuéstraselo: mírale frecuentemente a los ojos y asiente mediante gestos y expresiones verbales.
  • Repítele los puntos clave de lo que te cuente y que parecen más importantes para ella, para mostrarle que le comprendes.
  • No le interrumpas, salvo para mostrarle que le atiendes y para pedirle aclaración si no le entiendes.

3. Detecta sentimientos / “lee” pensamientos

Se trata de ir más allá de escuchar lo que nos cuentan…, para ser empáticos tenemos que comprender a la otra persona:

  • Lo que nos dice………………….. Sus palabras, su mensaje
  • Cómo nos lo dice………………… Sus sentimientos y emociones

Y para eso tenemos que ser muy observadores:

Fíjate bien en su entonación, sus gestos, sus posturas… ¿se le ve feliz?, ¿muestra desgana? ¿parece angustiada?. Incluso, si la conoces bien y partes de su realidad “metiéndote en su piel”, puedes adivinar lo que no te dice… sus pensamientos.

4. Responde adecuadamente

Por ejemplo, tu amigo te está contando algo serio e importante para él y a ti se te escapa una risita, o le dices… “¡¡qué pringao tío!!”

Cuando no se trata de dolor físico, sino emocional, puede ser más difícil saber lo que la otra persona está sintiendo y requiere un grado de atención y de conciencia mayor por nuestra parte.

Exprésale que entiendes cómo se siente, felicítale (si viene al caso), valora las cosas positivas que te dice…

 Cómo “meter la pata” (o no responder empáticamente a tu amigo):

  • Pongo pegas a todo lo que dice
  • Le doy consejos sin que me los pida
  • Le digo “no me sueltes este rollo ahora”
  • Le quiero contar yo una historia mejor que la suya (“…pues yo más…”)
  • Hablo con alguien más por el móvil, mientras me está hablando
  • No le respondo (no digo ni “mu”, ni asiento, ni pregunto)
  • Me paso de gracioso diciendo tonterías y me río sin venir a cuento
  • Le interrumpo y cambio de tema
  • Le hago reproches, le critico (“es que tú eres tonto”, “¿lo ves? ya te lo dije”)
  • Miro a otra parte y no a él
  • Respondo con “por qué…” a todo lo que me dice
  • Me siento molesto y ofendido por lo que me dice
  • Interpreto retorcidamente sus intenciones (“Éste… de qué va?”)

5. Ten compasión

La empatía te permite sentir el dolor y el sufrimiento de alguien y, por tanto, llegar a compadecerte y desear prestarle tu ayuda. Pero para eso, tienes que desviar tu atención sobre ti, olvidarte en ese momento de tus problemas, de tus deseos… y centrarte en el otro.

Gestos:

  • Cógele de la mano
  • Dale un abrazo
  • Ríe o llora de emoción o de pena (junto a la otra persona)
  • Ofrécete para ayudarle…

 

Gracias por leerme y ¡¡¡practica la empatía!!!
 
 
Escrito por Pepa Bueno Marí

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