Sientes que te falta algo, no sabes exactamente qué… o sí lo sabes, pero no encuentras el momento de ir a por ello…, o piensas que desconoces cómo conseguirlo…, o no te atreves a romper con tu rutina y lanzarte al ‘abismo de lo desconocido’. Una buena amiga se encontraba en una de estas situaciones de alto riesgo de frustración futura camuflada como una gran capacidad adaptativa a las circunstancias. ¿Te suena…? Y me contaba: “Al principio me sentía bien adaptada, buscaba siempre el lado positivo a mi vida y yo me decía: así estoy bien, no necesito más, no se puede tener todo…, hasta que fui tomando conciencia de mis pensamientos y emociones, un runrún cada vez más persistente: necesito algo…, ¿y mi desarrollo personal?, ¿y mi desarrollo profesional?, no me siento satisfecha, no tengo ilusión, tengo que dar el primer paso…, pero necesito un ’empujón’…, alguien que me guíe, me acompañe y me apoye en mi proceso de cambio…”. Y esto se lo dio el coaching. A mí ya me lo había dado antes.

Compartir en redes sociales...
Share on Facebook
Facebook
Tweet about this on Twitter
Twitter
Share on LinkedIn
Linkedin
Share on Google+
Google+
Email this to someone
email
No se permiten comentarios.